La destacada artista de origen peruano Cecilia Paredes, ha centrado su obra en la noción líquida del desplazamiento continuo y la adaptación del individuo a la soberanía de la naturaleza. Soy ese río -su primera exposición individual en Venezuela-, extiende esta reflexión a partir de una perspectiva universal y ontológica. Cada obra se presenta como una cartografía fabulada y una metáfora visual que nos entrega el vasto archivo de su imaginario naturalista. La dimensión poética de su propuesta fusiona la representación terrenal –fuente de historias sagradas y ancestrales– con la vasta iconografía del universo astral. Explora también las intersecciones entre migración, cuerpo y vulnerabilidad y, con ello, la necesidad de reconsiderar los marcos de identidad.
Las prácticas multidisciplinarias de Paredes se reunen en tres cuerpos de trabajo que, aunque distintos en sus procesos, se relacionan por sus contenidos. Los linos impresos con fragmentos de mapas antiguos intervenidos, nos refieren al espacio celestial, la mitología, el descubrimiento y la astronomía. De su registro de imágenes, emergen astros y estrellas, en diálogo con la naturaleza –flora y fauna– de un paisaje real o idealizado, configurando finalmente la idea de un otro atlas universal. En estos intrincados mapas alterados, se resignifica una desconocida metáfora de la visión total del mundo. A manera de alegoría fabulada, evoca una suerte de paraíso terrenal que nos recuerda la posibilidad de vivir de forma natural y alcanzar un nuevo humanismo más compasivo. Es así como, entre el cielo y la tierra, las obras de Cecilia Paredes establecen un diálogo vital y la exégesis de una nueva narrativa cosmogónica.
La construcción de mantos textiles con claras referencias a los tejidos de los antiguos pueblos andinos, especialmente del Perú, ha sido un proceso personal que remite a la pérdida y a la reparación; en su hacer artesanal, desarrolla una aproximación singular a este importante legado, explorando aspectos estructurales del tejido y del uso de materiales encontrados. Finalmente, para sus performances registrados en fotografia, la artista se vale de su cuerpo como soporte recurrente donde, a partir de diversos procesos, se mimetiza con el entorno natural, mutando en identidades zoomórficas, en paraisos florales o en la reinterpretacion de rituales femeninos atemporales.
La exposición Soy ese río pareciera cuestionar la responsabilidad que tenemos para con los entornos amenazados, ejerciendo como un recordatorio de nuestra innegable trascendencia en el planeta. Las creaciones de Cecilia Paredes operan así como poderosas declaraciones de fe que llaman a la expiación, a la rehabilitación, a la conciencia, la memoria y la historia, rindiendo homenaje a las relaciones humanas con la naturaleza.
Ruth Auerbach